El correcto abordaje en violencia de género, una visión ética


El correcto abordaje a la víctima de violencia de género es determinante para su progreso durante la terapia. Inclusive, de esto puede depender la continuidad de asistencia en busca de ayuda. República Dominicana no está exenta de malas prácticas a la hora de lidiar con una situación de violencia de género y es algo que debemos mejorar a través del ejercicio ético.

La OMS define a la violencia como “el uso de la fuerza física o el poder contra uno mismo, hacia otra persona, un grupo o comunidad que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones” Una persona violenta causa daños a toda la dinámica familiar, pues el daño psicológico es igual de devastador para el que sufre como para la víctima directa.

Para un correcto abordaje en víctimas de violencia de género debemos determinar qué tipo de violencia se está sufriendo. La violencia doméstica es la que se da dentro del hogar a los miembros más vulnerables como los niños, mujeres y ancianos. Cuando hay violencia de pareja generalmente sucede de parte del hombre hacia la mujer, en privado y con cierta frecuencia como medida de control y sostenimiento su víctima. Por la desigualdad entre hombre y mujer la violencia de género se ejerce casi siempre a la mujer.

Como intervencionistas en violencia de género y luego de determinar qué tipo de violencia sufre nuestro paciente lo que sigue es una correcta detección y valoración del estado de la víctima. Esto se logra a través de la entrevista. Para realizar una buena entrevista se debe ganar la confianza de la paciente e incentivar su autonomía. Es de suma importancia lograr un buen rapport para evitar que la mujer minimice lo sucedido y lograr objetividad en su declaración.

Una situación que se puede dar es que la pareja acompañe a la victima a la consulta, en este caso debemos tomar en cuenta la conducta de cada uno e interacción de los dos. Como expertos en nuestra área no podemos tomar a ligera los comentarios y justificaciones expuestas en la sala de consulta. Debemos ser muy críticos con la actitud del victimario como puede ser controlar a su pareja, exceso de preocupación o despreocupación, violencia durante la entrevista con su pareja o nosotros mismos, interrumpir y rectificar siempre a su pareja y no permitir realizar nuestro trabajo a solas con la víctima.

En cuanto a recolección de datos, lo recomendable es hacer una buena anamnesis dirigida a determinar si en realidad hubo violencia de género y no una acción mal intencionada de parte de una supuesta “víctima” En esta parte se debe hacer formal la especificación del tipo de violencia sufrido. Imprescindible en la anamnesis el historial de violencia y tomar siempre en cuenta el lenguaje verbal y no verbal de la víctima.

No debemos perdernos en la recopilación de datos y nunca obviar una exploración física en busca de lesiones, una exploración psicológica en busca de negación, estrés post-traumático, intentos de suicidio o cualquier señal de alteración psicológica y una exploración social para evaluar la situación laboral y económica de la víctima, apoyo social, estructura familiar, entre otras cosas.

Algo muy importante y parte del proceso es evaluar el riesgo y seguridad de la víctima y sus hijos. Declaraciones como el temor por la vida propia son de atención urgente. También se deben tener en cuenta señales como haber sufrido lesiones graves o haber sido hospitalizada, agresiones en el embarazo y sexuales, violencia a los hijos, consumo de drogas por parte del agresor y cualquier otra cosa que atente contra la integridad de la víctima y sus hijos. Se debe determinar también si hay riesgo de asesinato a cualquier miembro de la familia.

Por último, República Dominicana está pasando por un proceso de cambio socio-politico que conlleva consecuencias a veces inesperadas, es muy importante tener un buen plan de intervención en nuestras instituciones. Un plan de intervención requiere de un equipo multidisciplinario que incluya psiquiatras, psicólogos, médicos, trabajadores sociales, en fin, un equipo de atención primaria con sus unidades de apoyo de alta calidad para garantizar el bienestar del pueblo.

Hernando Ramírez | Psicólogo Clínico

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