Hackers y filosofía de la ciberpolítica, reflexión

En esta ocasión queremos presentarles un trabajo conjunto, realizado por todos los colaboradores de este blog. Se nos ha presentado la oportunidad de tener en nuestras manos el libro del filósofo y escritor Andrés Merejo “HACKERS y Filosofía de la Ciberpolítica”, y no quisimos dejar pasar ocasión para presentarle algunos de los temas que más sedujeron nuestra atención a modo de análisis. 

A continuación nuestras impresiones. Esperamos que sea no solo de su agrado sino también que logre conmover en ustedes el espíritu de curiosidad e inquietud que provocó en nosotros.

Los juegos interactivos violentos. 

Sin bien es cierto, el mundo de la tecnología y el ciberespacio son una puerta al mundo, nos abren un abanico de opciones en el mundo de los juegos y el entretenimiento como nunca antes ha ocurrido. 


Sin embargo, los niños y niñas no son la excepción, ya que a temprana edad, los infantes aprenden a desarrollar habilidades y manejo del computador y otros aparatos electrónicos. Este les permite tener un acceso más directo por medio del Internet a los juegos interactivos. Cabe preguntarse, ¿Existe un componente de riesgo ante esta situación? En tal caso, ¿Cual sería?

En este orden, el Dr. Merejo señala es su libro Hackers y Filosofía de la Ciberpolítica, que una constante exposición con estos juegos “van carcomiendo la creatividad de los niños y los envía al submundo de la violencia” y pasa a señalar que estos juegos con características violentas “son más peligrosos que las películas sangrientas que nos brinda el cine o la televisión, por que la persona que lo juega participa mental y emocionalmente. No son pasivas como en la televisión, sino que son activas, ya que de manera virtual aprieta el gatillo de una ametralladora, de una lanza cohete o de un lanza granada”

En este sentido, los padres regularmente les permiten, a veces, de manera descontrolada y desproporcionada, el uso de juegos que contienen un alto contenido violento, teniendo esto un efecto dañino en el estado emocional y psicológico del niño. 

Merejo menciona que en algunos juegos elegidos por los niños, “la sangre brota por donde quiera, no existe misericordia. La venganza y la destrucción del otro a como de lugar es lo mas importante en los juegos interactivos”. 

Es por eso que los padres deben estar muy pendientes de las ofertas que reciben sus hijos por medio del Internet, aprender a usar los equipos electrónicos y a navegar en las redes para supervisar a sus hijos y evitar que salgan perjudicados con esta plaga letal que crea una vulnerabilidad ante la practica violenta en los individuos, fomentada por estos medios desde su infancia. 

La Ciberpornografía en la República Dominicana

En su libro “Hackers y la Filosofía de la Ciberpolítica”,  Andrés Merejo nos traslada a los inicios de la Ciberpornografía en la República Dominicana, específicamente de los ataques a terceros y  violación a la privacidad. 

En la segunda quincena del mes de agosto del año 2000 la prensa dominicana divulga la primera noticia relacionada a esta práctica, se trataba de un fotomontaje que perjudicaba a una estudiante universitaria. Para este año según el autor iniciaba un auge de la ciberpornografía en el país, vaticinando además un aumento significativo en este tipo de ataques para la próxima década.

Esta afirmación de Merejo podría estar relacionada con un aumento en la cantidad de personas con acceso a Internet, ya que según datos publicados por el Instituto Dominicano de Telecomunicaciones (Indotel),  para el 2012 existían aproximadamente 4.1 millones en nuestro país.  

Según Merejo, el origen de estos ataques ha sido siempre fácil de detectar siempre y cuando no sean realizados  por “profesionales”  denominados como “Hackers”. La verdadera problemática está, ¿en que motiva a las personas a realizar este tipo de ataques? Sea por impulsos naturales, por morbo o perversión, el sexo sigue siendo el tema top en la Internet, y en nuestro país no somos la excepción, pues, junto al chateo y envío de correos electrónicos, la pornografía es uno de los tres renglones de mayor acogida en la web, según  señaló el experto en electrónica y telecomunicaciones HiddekelMorrison. 

Probablemente la  solución a esta problemática tome su tiempo, avances  importantes serían crear leyes que permitan la existencia de un marco regulatorio que sancione con severidad a los autores de este tipo de prácticas.  Otro factor importante sería fomentar una correcta educación sexual en los adolescentes, y con ello evitar el desarrollo de este tipo de conductas a edad temprana. Sin embargo, la verdadera solución estaría en fomentar una cultura de interiorización en el ser humano, que le permita buscar lo que le hace feliz en su interior y no en lo superfluo.  

El ser humano ha vivido grandes cambios en los últimos siglos y producto de estos cambios ha tenido que adaptarse a diversas situaciones de ingeniosas formas.  Vemos como hoy día en sociedades como la norteamericana la cual influye significativamente en la dominicana se viven estos cambios a cada minuto. Dentro de estos encontramos uno que se ha usado ya por cierto tiempo, así mismo podemos observar como en la República Dominicana hemos acoplado ese cambio como método de sobrevivir a algunas amenazas que traen los nuevos tiempos.

El cambio al que nos referimos es la biometría la cual se puso en práctica en occidente ha finales del siglo XIX, mientras que en países como China ya se usaba desde al menos el siglo XIV aunque quizás no con todo el apoyo tecnológico con el que cuenta hoy día. La biometría según la RAE no es más que el estudio mensurativo o estadístico de los fenómenos o procesos biológicos. Esto en las sociedades actuales significa la investigación para la identificación de humanos establecidos en uno o más rasgos conductuales o rasgos físicos intrínsecos. 

La biometría ha llevado al ser humano al punto de permitir que otros se adentren tanto en su ser que prácticamente nos encontramos vigilados todo el tiempo, así pues podemos reafirma que “nuestra sociedad no es la de del espectáculo, sino de la vigilancia; bajo la superficie de las imágenes, se llega en profundidad; detrás de la gran abstracción del cambio…” (MEREJO, 2012).  Es paradójico como muchos seres humanos afirman que no se conocen a sí mismos y a la hora en que entran en un aeropuerto un tercero puede hacer una descripción sin temor a equivocarse de características del comportamiento con solo analizar su firma, su paso y entre otras. También puede tomarse la voz como medida de análisis, esta se caracteriza por ser una mezcla de características físicas y del comportamiento.

Para la psicología puede que resulte un tanto fuera de sus esquemas la práctica de la biométrica ya que para los psicólogos se debe analizar la conducta de un sujeto con previo consentimiento o requerimiento. Es aquí donde encontramos los dilemas éticos que los tiempos modernos nos traen a todos. Y ¿por qué los tiempos modernos?, porque debido a las circunstancias, realidades y necesidades que se nos presentan en la actualidad debemos ir adecuando nuestro actuar y nuestra práctica profesional. Es por esto que la biométrica nace como una forma de responder a necesidades que antes se escapaban con más facilidad al ojo vigilante de autoridades y otras entidades que las utilizan con distintos fines. 

Biometría

El ser humano ha vivido grandes cambios en los últimos siglos y producto de estos cambios ha tenido que adaptarse a diversas situaciones de ingeniosas formas.  Vemos como hoy día en sociedades como la norteamericana la cual influye significativamente en la dominicana se viven estos cambios a cada minuto. Dentro de estos encontramos uno que se ha usado ya por cierto tiempo, así mismo podemos observar como en la República Dominicana hemos acoplado ese cambio como método de sobrevivir a algunas amenazas que traen los nuevos tiempos.

El cambio al que nos referimos es la biometría la cual se puso en práctica en occidente ha finales del siglo XIX, mientras que en países como China ya se usaba desde al menos el siglo XIV aunque quizás no con todo el apoyo tecnológico con el que cuenta hoy día. La biometría según la RAE no es más que el estudio mensurativo o estadístico de los fenómenos o procesos biológicos. Esto en las sociedades actuales significa la investigación para la identificación de humanos establecidos en uno o más rasgos conductuales o rasgos físicos intrínsecos. 

La biometría ha llevado al ser humano al punto de permitir que otros se adentren tanto en su ser que prácticamente nos encontramos vigilados todo el tiempo, así pues podemos reafirma que “nuestra sociedad no es la de del espectáculo, sino de la vigilancia; bajo la superficie de las imágenes, se llega en profundidad; detrás de la gran abstracción del cambio…” (MEREJO, 2012).  Es paradójico como muchos seres humanos afirman que no se conocen a sí mismos y a la hora en que entran en un aeropuerto un tercero puede hacer una descripción sin temor a equivocarse de características del comportamiento con solo analizar su firma, su paso y entre otras. También puede tomarse la voz como medida de análisis, esta se caracteriza por ser una mezcla de características físicas y del comportamiento.

Para la psicología puede que resulte un tanto fuera de sus esquemas la práctica de la biométrica ya que para los psicólogos se debe analizar la conducta de un sujeto con previo consentimiento o requerimiento. Es aquí donde encontramos los dilemas éticos que los tiempos modernos nos traen a todos. Y ¿por qué los tiempos modernos?, porque debido a las circunstancias, realidades y necesidades que se nos presentan en la actualidad debemos ir adecuando nuestro actuar y nuestra práctica profesional. Es por esto que la biométrica nace como una forma de responder a necesidades que antes se escapaban con más facilidad al ojo vigilante de autoridades y otras entidades que las utilizan con distintos fines. 

Lo biométrico como método de control social

En 1949 el escritor George Orwell publicó una novela distópica llamada 1984. En esta novela el autor describe un mundo irreal, dónde se presenta un escenario que de tan solo pensar que pueda ser real ya sea en el año en que fue escrita como en el presente, pondría a temblar de pavor a toda una población. Se describe un mundo en perpetua guerra, vigilada constantemente por un gobierno totalitario y omnipresente, cada mínimo paso está siendo registrado por lo que se describe como el Gran Hermano, el líder del único partido dirigente, un personaje que incluso puede ser ficticio y creado solo para manipular a las masas. Pareciera ficción, una exageración sacada de la imaginación de un buen novelista, hasta que escuchamos de biométrica.

Luego de la caída de las torres gemelas en la ciudad de Nueva York en Estados Unidos, los controles de seguridad aumentaros de una forma desmesurada e inimaginable poniendo en marcha lo que era solo un experimento, un juego para el cuerpo de inteligencia, la biométrica, un mecanismo de control social que se basa en la identificación de los sujetos y en el conocer cada detalle de sus vidas  por medio de huellas digitales, las manos, el iris de los ojos, la cara, la voz y la firma. Esto ayudará a controlar las principales características físicas de un sujeto, así como su comportamiento cotidiano; toda esa información será almacenada y analizada para determinar quiénes somos y cuáles son nuestras intenciones en Norteamérica.

Con tal violación a los derechos civiles, cómo es posible que se permita esta práctica y que los ciudadanos dejen que su persona sea vapuleada? Fácil, haciéndoles creer, como típico perfil de un abusivo, que tales medidas de seguridad son para su propio bien y el de los demás; que no deben temer ya que todo acción tomada y a tomar es parte del plan que les brindará la protección que necesitan para salvaguardarse del enemigo.

De pronto la novela de Orwell pareciera un mundo inofensivo y hasta ideal.

Estudio sobre la adicción al ciberespacio

La adicción al internet no se puede tratar como un problema específico, pues antes del internet existían adicciones sin sustancias, es parte de una patología más amplia, la propia adicción.

En el libro "Hackers y filosofía del ciberespacio" de Andrés Merejo, la sección "Estudio sobre la adicción al ciberespacio" trata un caso sobre Apple Computer, Intel Corp y Hewlett Packard, el cual explica la investigación llevada a cabo por la Universidad Garnegie Mellon, y dice que en lugar de aperturar la interacción con otros, los usuarios experimentaban un incremento gradual en depresiones, o sea, que existía una base depresiva. Entonces, pienso que para la adicción puede existir un componente adictivo en los ya de por sí, adictos.

En una continuación al estudio de las multinacionales tecnológicas, el psiquiatra Nathan Shapira de la facultad de medicina de la Universidad de Cincinnati, confirmó que en efecto existía una condición maniaca depresiva previa en una parte de los sujetos investigados. La internet no era la causante de la depresión, más bien un potenciador.

Para concluir con los casos del libro de Andrés Merejo, Kimberly Young profesora de la Universidad de Pittsburg-Bradford y fundadora del centro contra la adicción de internet, publica en el diario El Mundo un
artículo sobre como la adicción al internet no es para nada diferente a la adicción al alcohol, el tabaco, el juego u otra cualquier adicción, es simplemente una enfermedad.

La predisposición genética es un factor a tomar en cuenta en esta y futuras generaciones. Ya hemos entrado en la era de los nativos digitales, cada vez más necesitamos estar conectados. El ambiente y la sociedad ejercen una fuerza en la población que puede desencadenar fácilmente una adicción al internet. La accesibilidad al ciberespacio, cuan sencillo nos conectamos a la red desde un teléfono inteligente y la dependencia de esta tecnología hace fácil  caer en la misma dependencia, en este caso, patológica.

Finalmente el descontrol y falta de supervisión de los tutores y los guías podría ser otro factor influyente en la adicción al ciberespacio, pues cada vez son más intuitivos las plataformas virtuales, cualquier niño puede accesar a los sitios que desee dentro del red sin entrenamiento previo.

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